Pompeo se contradice sobre el “acuerdo del siglo”, primero indica que es parcial y favorece a Israel, luego se desdice y afirma que también beneficia a palestinos.
El diario estadounidense The Washington Post reveló el domingo que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, reconoció que el plan “podría ser rechazado”, dado que “tiene dos cosas buenas y nueve cosas malas” y sobre todo porque favorece a Israel
En una entrevista concedida el lunes al portal Sinclair, Pompeo se desdijo de lo declarado y aseguró que la iniciativa de la Administración estadounidense para supuestamente establecer la paz en los territoritos palestinos ocupados no beneficia únicamente al régimen de Tel Aviv.
“Eso simplemente no es correcto. Los que piensan así no saben en realidad lo que contiene el plan”, insistió el secretario estadounidense de Estado.
El plan, conocido como el “acuerdo del siglo”, incluye medidas que, según Pompeo, “a muchas personas les va a gustar”. “Nuestra idea es presenta una visión y continuar el trabajo hacia la conclusión de una situación muy muy difícil”, defendió.
El alto cargo, sin embargo, se negó a rectificar el “escepticismo” que había expresado sobre el éxito del llamado plan de paz. Pompeo señaló que es posible que ciertas partes del plan sean rechazadas por los palestinos o los israelíes.
El mundo tendrá que esperar hasta junio para la divulgación oficial del plan de Washington, como sugirió en abril Jared Kushner, yerno y asesor principal del presidente estadounidense, Donald Trump, aunque los palestinos subrayan que la iniciativa “ha nacido muerta” porque se decanta total y absolutamente a favor de los israelíes.
Pese a las declaraciones de Pompeo, aunque son bastante contradictorias, fragmentos revelados del plan muestran que se trata de un acuerdo proisraelí. Trump, al parecer, prevé reconocer la soberanía de Israel sobre partes de la Cisjordania ocupada, entre otras concesiones que realiza de los territorios que pertenecen a otra nación.
Otras concesiones de EE.UU. al régimen israelí serían: el reconocimiento de la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como la capital israelí, la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear firmado en 2015 por Irán y el Grupo 5+1 (entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), la reimposición de sanciones al país persa, y también la inclusión del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en su lista de “grupos terroristas”, tal y como deseaba el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
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